Amistad
Mis emociones, libremente se sumergían en mi amigo,
el de ojos cristalinos y de alma más cristalina aún.
Confianza, secretos, gestos, miradas cómplices.
Me escuchaba con paciencia, y se reía suavecito
de mis sueños y entresueños, locuras y deseos.
Impulsividad e imprudencia, envueltas en mujer joven,
nunca me criticaba, de él sólo trascendía armonía.
Yo me sentía bien a su lado, a veces sin palabras,
me sonreía con su mirada de estrellas lejanas,
y caminando por la playa lanzábamos piedras al agua,
simplemente para que las olas las arrastraran
más lejos de donde nosotros estábamos.
Como niños jugábamos, como niños nos divertíamos.
Él era ligero como las hojas mecidas por el viento,
sus pasos parecían acariciar silenciosamente la tierra...